martes, 17 de enero de 2012

LA DESPEDIDA,2


LA DESPEDIDA, PARTE 2
Hoy he vuelto a la orilla donde nos despedimos.El cielo seguía gris pero la niebla había desaparecido.Los pescadores depositaban sus capturas para despúes cargarlas en camiones y las gaviotas revoloteaban en busca de alimento.
Me senté en la húmeda arena un poco apartartado del tumulto.Me quité mis zapatillas y los calcetines y enterré mis pies hasta las pantorrillas.No hacía frío y el sol apenas se intuía tras el gran manto de algodón gris.
Encendí un cigarrillo y me tumbé cerrando los ojos, escuchando el sonido del silencio.Permanecí asi, inmóvil,pétreo sin pensar, sin sentir ...hasta que la risa de unos críos,, me sacó de ése estado casi catatónico.
Abrí los ojos y sonreí al ver a dos niños embadurnándose de arena mientras su madre, se desgañitaba haciendo un millón de aspavientos, los cuales resultaban lo mar de graciosos.
Dejé en el pasado de mis  retinas a la madre y a los dos niños y me concentré en el edificio que estaba a la izquierda de la playa;y pensé en ella otra vez.Allí estaba el restaurante donde tantas y tantas veces cenamos, cominos,bebimos;aquel local de peregrinaje estival se convirtió en nuestro pequeño rincón.Sin querer, te busqué entre la poca gente que en él se encontraba pero lógicamente, fue imposible encontrarte.
Me levanté y sacudiéndome la ropa, me aproximé al paseo que bordeaba la playa, me calzé las zapatillas y anduve hasta el bar donde tanto te gustaba sentarte a beber cerveza con limón.Tu bebida favorita.Pedí al camarero lo mismo y  la bebí despacio contemplando el magnífico paisaje que formaban la playa y el mar Mediterráneo.
Encendí otro pitillo y apuré mi cerveza mientras empezaban a caer las primeras gotas de lluvia;pagué a Antonio  el camarero y empecé a  caminar.Pasé por "nuestras calles", me detuve en "nuestras tiendas y me dio la sensación que me acompañabas puediendo sentir tu brazo en mi cintura pero al mirar a mi derecha solo vi el asfalto.
Llegué a la puerta de hierro del bloque de apartamentos pero decidí no subir.Di media vuelta y volviendo sobre mis pasos,regresé a la playa,"nuestra playa".Esta vez, permanecí de pie con la vista incrustada en el horizonte;el mismo horizonte que contemplamos un montón de veces.La noche comenzaba a nacer y ya no quedaba nadie en la playa.Esperé.Lo hice durante bastante tiempo pero ningún barco apareció y como ayer,di la espalda al mar con mi resignación, mojada por la lluvia.
-Mañana,seguro que mañana vendrá,pensé mientras las pequeñas olas balilaban en la orilla con un ritmo pausado, casi invisible.
Guardé las manos en los bolsillos y regresé a casa,"nuestra casa", esperando a mañana, siempre mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario